Vivienda en Gorliz

Lugar: Gorliz (Bizkaia)
Año: 2020
Arquitectos: José Ramón Foraster y Cristina Ybarra
Aparejador: Eduardo Ruiz López
Constructora: Goiketxe
Fotos: Juan Boado Calle

Una casa junto al mar es el sueño de muchos. La familia propietaria de esta vivienda adquirió la parcela solo por obtener este placer, a costa de tener que afrontar una obra en fuerte pendiente. El premio son unas espectaculares vistas sobre la bahía de Plentzia, en la costa vizcaína. Pero no todo es tan plácido: el Cantábrico tiene un humor cambiante y, cuando arrecia galerna, castiga sin remisión las fachadas situadas en primera línea de costa. Estas son las principales premisas –ver y proteger– que determinaron su diseño.

Para anclarla al terreno, y obtener de paso un mejor aprovechamiento del jardín, se puso en primer lugar un basamento de hormigón visto. Este semisótano queda así prácticamente enterrado en el terreno salvo la fachada donde se encuentran la entrada a la vivienda y al garaje. También alberga dependencias auxiliares como un amplio trastero, el cuarto de instalaciones –desde donde se monitoriza el suministro de agua caliente sanitaria de las placas solares térmicas– y el txoko, concebido para largas sobremesas.

Como si fuera una tarta, la fachada del piso de encima es acristalada, para que el salón, con orientación sureste y provisto de chimenea, y la cocina-comedor, que mira al noroeste –por donde suelen entrar las nubes–, no se pierdan esas espectaculares vistas. Ambos espacios cuentan con sus respectivos porches y se conectan visualmente a través de un patio en el que crece un olivo y sirve de entrada de luz cenital; el estudio de iluminación ha primado la incidencia de luces indirectas. El piso de parqué de roble también añade calidez a esta planta de configuración abierta.

Un tercera volumen contiene los dormitorios y se envuelve con una fachada ventilada de placas de cerámica de Buchtal. Son de efecto fotocatalítico, es decir, de autolimpieza permanente. La humedad de la zona, que propaga la aparición de mohos y líquenes, se contrarresta con este sistema –también antibacteriano– que consiste en la reacción del dióxido de titanio ante la incidencia de la radiación solar, que transforma el óxido de nitrógeno contaminante y otros agentes en nitritos y nitratos sólidos que posteriormente arrastra el agua de lluvia o los riegos periódicos. Así, la fachada no necesita mantenimiento, como tampoco es necesario en las paredes de vidrio y hormigón visto de las plantas de más abajo.

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